Comisiones Obreras Canarias | 28 marzo 2024.

CCOO reivindica la creación del Estatuto Básico de Bomberos Forestales

    CCOO ha reivindicado la creación del Estatuto Básico de Bomberos Forestales y que esta sea una norma que cumpla con las necesidades que se requieren para hacer de los dispositivos de prevención y extinción de incendios forestales una herramienta eficaz de protección civil ante este fenómeno.

    16/12/2021.
    Bombero forestal

    Bombero forestal

    El pasado 9 de diciembre, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, las comunidades autónomas y las centrales sindicales de CCOO, UGT y CSIF mantuvieron una primera reunión de la mesa de trabajo para consensuar una regulación suficiente de las condiciones laborales en el anteproyecto de Estatuto Básico de Bomberos Forestales.

    En este encuentro, se expusieron las necesidades de homogeneizar al personal, argumentando todo ello en la regulación jurídica existente, además de tratar la necesidad de acabar con la precariedad que vive el colectivo, debido principalmente a la temporalidad.

    Tras la primera reunión, CCOO observó una actitud "muy negativa" de algunas comunidades autónomas que se oponen a la aprobación de este Estatuto, "lo que va a requerir de impulsar la interlocución con ellas para explicarles la entidad de la medida para el medioambiente y las trabajadoras y trabajadores". "Es importante que nos activemos rápidamente no sea que los tiempos jueguen en nuestra contra", según el sindicato.

    Los incendios forestales se han convertido en las últimas décadas en verdaderas emergencias civiles que trascienden del problema medioambiental obligando a dar una respuesta desde un punto de vista integral y coordinado. El cambio climático, la baja densidad de población en el mundo rural y la propia actividad humana asociada al cambio de uso del suelo en el medio rural por el abandono de los pueblos, lo que se ha venido a llamar la España vaciada, se están erigiendo en verdaderos factores potenciadores de las amenazas.

    A pesar del consenso en este aspecto desde el ámbito técnico y científico, hoy por hoy, desde las distintas administraciones públicas competentes, se siguen contemplando como una actividad centrada en la extinción durante la temporada estival, campaña de peligro alto o máximo riesgo. Todavía no se tiene en cuenta que es fundamental planificar la lucha contra el fuego a lo largo de todo el año, otorgando un papel sumamente importante a la prevención y a la concienciación de la sociedad del riesgo de protección civil que pueden suponer los incendios forestales.

    Las bomberas y los bomberos forestales, en coordinación con otros colectivos con competencias en la materia, deben convertirse en una herramienta eficaz para abordar de un modo global esta amenaza, abarcando el ámbito de la prevención y el de la extinción con una formación adecuada a las exigencias de la labor a desempeñar, pero sobre todo, otorgando una estabilidad laboral a lo largo de todo el año y dotándoles de condiciones adecuadas que minimicen los riesgos que supone una actividad en ambientes extremos y peligrosos.

    Hablamos de profesionales que provienen mayoritariamente del ámbito puramente forestal y agrario y durante décadas vienen enfrentándose a la lacra de los incendios forestales con gran entrega y exposición de su integridad física. Cierto es que se han producido avances y mejoras en algunos territorios, insuficientes en todo caso, pero esto nos ha dibujado un mapa de enorme disparidad entre diferentes dispositivos y entre diferentes comunidades autónomas aunque en todos se pueda destacar la precariedad laboral como elemento común. Y una de las mayores pruebas de precariedad es que en octubre de cada año centenares de bomberos forestales pierden su empleo y se apuntan a las listas del paro porque los dispositivos merman de manera muy notable y temeraria los recursos humanos con los que cuentan a lo largo del verano.

    SERVICIO PÚBLICO ESENCIAL

    La prevención y extinción de incendios y apoyo a las contingencias en el medio rural han de entenderse como un servicio público esencial prestado por empleadas y empleados públicos, y hacia ese horizonte ha de avanzarse. Bien es cierto que la realidad actual, laboral y administrativa de las bomberas y bomberos forestales, profesionales encargados directamente de extinguir los incendios forestales, es muy distinta y por ello este marco normativo debe tener en cuenta esa realidad diferente en salarios, formación, competencias o dependencia de la administración o de una empresa privada. El estatuto debe propiciar homogenización del sector y una mejora de las condiciones de trabajo y profesionalidad de este colectivo.

    Las Actividades y Cualificaciones de la Categoría Profesional del Bombero Forestal también están recogidas en un Real Decreto que clarifica de modo pormenorizado sus competencias y funciones, de modo que puedan coordinarse adecuadamente los diferentes cuerpos intervinientes en las emergencias. Sin embargo, la realidad es que a menudo se les contrata como peones forestales u otras modalidades que nada tienen que ver con la actividad principal que desempeñan.

    Tenemos el reto de definir y homogeneizar una profesión, la del bombero forestal, que a día de hoy no se encuentra bajo un marco normativo único.

    ESTATUTO BÁSICO DEL BOMBERO FORESTAL

    Además, existe un acuerdo de Gobierno para la presente legislatura, de crear una Ley de bomberos forestales en el marco del Sistema Nacional de Protección Civil que establecerá obligaciones para las administraciones competentes en relación con la elaboración de planes generales, territoriales y de autoprotección. También es parte del acuerdo, la creación del Estatuto Básico del Bombero Forestal donde se plasmen derechos laborales comunes, se reconozcan las funciones propias de estos servicios en el medio natural y rural, los aspectos de salud y prevención de riesgos laborales, así como las categorías profesionales y sus especificaciones de formación.

    Este verano en nuestro país hemos tenido que hacer frente a incendios forestales con comportamientos desconocidos anteriormente, que suponen un grave riesgo para los equipos de extinción y para la población en general.

    No es responsable dejar pasar más tiempo sin afrontar el problema en su conjunto y sin aplicar las medidas que la legislación establece. Es hora de proteger a quienes nos protegen de los riesgos que son los incendios forestales, para así garantizar un servicio público efectivo y de calidad.

    No se debe seguir dando importancia y notoriedad a los incendios forestales únicamente en los períodos en los que lo único que se puede hacer es atender la emergencia una vez que se ha producido. Es absolutamente necesario equilibrar el esfuerzo presupuestario entre las tareas propias de la extinción, con las destinadas a prevenir y mitigar los daños por incendios forestales antes de que estos tengan lugar.

    Si no damos como sociedad una respuesta integral y acorde al nuevo escenario que suponen las emergencias por incendio forestal, poniendo como pieza clave al conjunto de personas y colectivos que integran los dispositivos de prevención y de extinción, entre los que deben de encontrarse las bomberas y los bomberos forestales, más tarde o más temprano nos tocará lamentarlo.